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Juegos de rol en la escuela primaria

Hacia fin del año pasado, en el marco del grupo de alfabetización de un grado de Aceleración, dentro de una escuela pública de la ciudad de Buenos aires. Nos Lanzamos a jugar Balgard. Un juego de rol diseñado por Benjamín Aníbal Reyna Disponible en Mundos Infinitos

La idea surgió a partir del trabajo que el grupo había realizado siguiendo un proyecto de estudio sobre sobre viajeros, entre ellos estaban los vikingos, y sobre el estudio en un proyecto sobre dragones. El grupo estába compuesto por chicos de 4to grado, con uno o dos años de sobre edad y finalizando su apropiación del del sistema de escritura.

Llegamos a hacer dos sesiones de juego, la primera fuimos 4 aventureros y yo como guía de juego. Les comenté que era un juego de rol y aprovechamos para, sin tener personajes creados, ponernos en situación a través de la creación de una “profecía” (dentro del juego hay una tabla que determina una profecía con tres tiradas de dados) con esa profecía los devenidos aventureros se lanzaron al “viaje” (otra tirada ayuda en eso). Llegaron a una cueva y enfrentaron sus primeras decisiones ahí tuvimos que terminar la sesión. Dejando un clima de suspenso alto y una idea general del sistema de juego.

La segunda sesión fue la más rica, aunque eramos 2 jugadores y yo como guía de juego. Contábamos con 2 horas. Durante la primer hora y un poco más leímos en grupo la ambientación e hicimos los personajes a medida que analizábamos juntos las instrucciones. La lectura de la hoja de personajes y el armado de los personajes fueron construyendo mucho de la ambientación y poniendo a los jugadores en sus personajes.

Uno de los objetivos principales que tiene este grupo es que escriban, y que sus escritos tenga sentido para ellos, es decir, que escribir no devenga una práctica que sólo tiene sentido en el marco de una tarea que se le entrega a un docente. Buscamos que la práctica de la escritura sirva para algo más que hacer una tarea, y en este marco el armado de los personajes los involucró significativamente con la escritura. Escribieron para construir un personaje, para darle su trasfondo, para moverse en el juego con él, para guardar memoria de cómo es y qué motiva a su personaje y para guardar memoria de las cosas que le van pasando.

Una vez que terminamos con los personajes, nos lanzamos a la aventura. En esta etapa, la narración, la interpretación y el juego mismo encontraron soporte en el “mapa”. El mapa se fue haciendo a medida que los aventureros se adentraron en la historia, no estaba predefinido y también se articuló como un recurso de lectura y escritura.

La segunda sesión se terminó en el punto culmine de la primer escena, cuando los aventureros cruzaron su camino con seis Balgardianos poco amigables. Acordamos seguir la sesión el día siguiente… pero uno de los aventureros faltó y dada la etapa del años y los conflictos que nos alejaron de las aulas, no pudimos terminar la sesión.

No obstante, la experiencia fue muy enriquecedora, los chicos piden volver al juego (aunque nos falte un aventurero) hablaban del tema, difundieron la experiencia y, como docente, me enriqueció poder realizar algo que busco desde hace muchos años: que una experiencia lúdica ponga en relieve la potencia del juego como mediador simbólico y que esa potencia alimente objetivos pedagógicos, en este caso, que los chicos escriban y lean en un contexto significativo.

Diría que a pesar de no terminar la aventura…La experiencia fue un éxito. Gracias Benjamín por tu invalorable ayuda!

Alvar

Alvar Maciel

Docente, busco entender el engranaje tecnológico en el que estamos metides. Trabajo y escribo acerca de la educación.

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