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Laminas o Power Point ¿son lo mismo?

Los contenidos de enseñanza, en la escuela, sufren necesarias modificaciones a medida que transcurre el tiempo, ya que los mismos se modifican o reconfiguran con el desarrollo de la sociedad y del conocimiento. De la misma, manera los procedimientos tradicionales que la escuela valora sufren modificaciones. La búsqueda de información sobre algún tema, como procedimiento a aprehender, no puede ser entendida como hace 20 o 30 años atrás. Otras tecnologías, otros medios, hoy están en juego y se hace necesario comprenderlos para poder enseñarlos, pero más importante aún, es necesario para construir una práctica responsable, tener la capacidad de analizar los recursos, dispositivos y elementos de enseñanza.

 

 

Dentro de este espectro los presentadores de diapositivas (power point, open office, etc) se constituyen como uno de los recursos más accesible para los docentes a la hora de usar las pc's en el aula. son relativamente fáciles de usar y el producto final resulta atractivo y muchas veces se proponen como sustituto de las clásicas laminas que usábamos hace algunos años para exponer un tema. Cabe entonces preguntarse si los procesos cognitivos que se ponen en juego a la hora de "remplazar" las laminas por las presentaciones son los mismos o si se consiguen los mismos resultados haciendo este pasaje de lamina a presentador.

 

De forma intuitiva diría que no necesariamente. Que será el tipo de procedimiento que se ponga en juego a la hora de utilizar el recurso (power, open office, etc) lo que asegurara la construcción de conocimiento. Los presentadores de diapositivas, en su uso análogo a las láminas, han de servir para comunicar un mensaje y para que ello sea efectivo debemos enseñar cómo hacer de nuestras presentaciones soportes efectivos de estos mensajes. Lo que implica aprender a comunicar con este soporte, y esto se configura como un contenido nuevo de nuestras prácticas, ya que son otras las posibilidades y los limites del recurso.

 

coincidiendo con Christian Silva de Hipertextos (Qué motivo este escrito)

 

Creo que lo importante, lo que debemos fomentar desde estos ámbitos comunitarios, es la capacidad de detectar y revertir las malas influencias, las prácticas nocivas, anti-funcionales surgidas de este contexto de innovación permanente. Aunque a veces no sea tan fácil y requiera análisis profundos, preparación especial y una actitud que parece ir contra la corriente.

Point A continuación proponemos un ejemplo de esta actitud a imitar. Una brillante observación sobre un recurso que supuestamente mejora las posibilidades cognitivas y que a veces las limita. “PowerPoint es el diablo” es un (ya clásico) artículo que Edward Tufte publicó en Wired. Allí propone una severa crítica sobre el uso irreflexivo de las posibilidades de este recurso:
• La presentación típica pone el formato por encima del contenido facilitando la apariencia de interés para algo que puede estar perfectamente hueco. • Cada transparencia muestra usualmente unas 40 palabras, 8 segundos de lectura, lo que hace que hagan falta muchas de ellas para completar un razonamiento. Ello implica dificultades en apreciar el contexto y valorar las relaciones entre unos aspectos y otros, que pueden estar separados varias transparencias entre si. • El punto clave de una presentación es el contenido. “Si tus números son aburridos es que has escogido los números equivocados”. Si el contenido no tiene interés o está mal estructurado, animarlo o ponerlo en colores no lo va a arreglar. • Otro aspecto habitual en las presentaciones es la falta de interactividad con la audiencia. Los ponentes a menudo lanzamos un mensaje complejo que es difícil de asimilar en el poco tiempo disponible, que la audiencia no puede rebatir o comentar.
Les recomiendo sobre esto: Power Point ¿Anatema o Bendición?

Imagen: Flickr

Alvar

Alvar Maciel

Docente, busco entender el engranaje tecnológico en el que estamos metides. Trabajo y escribo acerca de la educación.

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